domingo, 9 de septiembre de 2007

La foto del alma


Un hombre blanco perfectamente bien alimentado observa cómo una niña africana se muere de hambre ante la mirada expectante de un buitre. El hombre blanco hace fotos de la escena durante 20 minutos. No es que las primeras no fueran buenas, es que con un poco de colaboración del ave carroñera le salía una de premio, seguro. Niña famélica con nariz en el polvo y buitre al acecho: bien; no todos los días se conseguía una imagen así. Pero lo ideal sería que el buitre se acercara un poco más a la niña y extendiese las alas. El abrazo macabro de la muerte, el buitre Drácula como metáfora de la hambruna africana. ¡Ésa sí que sería una foto! Pero el hombre esperó y esperó, y no pasó nada. El buitre, tieso como si temiera hacer huir a su presa si agitara las alas. Pasados los 20 minutos, el hombre, rendido, se fue.

No se debería de haber desesperado. Una de las fotos se publicó en la portada de The New York Times y acabó ganando un premio Pulitzer. Pero incluso así se desesperó. Y mucho. El hombre blanco era un fotógrafo profesional llamado Kevin Carter. A los dos meses de recibir el premio en Nueva York se suicidó.

¿por qué se suicidó?
Acababa de hacer una foto, no una foto de una niña y un buitre en situación extrema, se acababa de hacer una foto de su alma, de un alma corrompida, que no fue capaz de ayudar a la niña después de tirar las fotos, o que fue capaz de hacer una foto en esas condiciones, sin un ápice de humanidad, sin un ápice de sentimientos……su alma estaba expuesta a todo el mundo, y todos no vieron a un excelente fotógrafo…sino a un ser espeluznante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menuda foto...¿Qué decir ante la barbarie humana en la que nos encontramos en pleno siglo XXI?. El fotógrafo se suicidó... Un hombre menos que podía haber colaborado a paliar la situación de esa niña, de otras niñas, de tanta gente que logra sobrevivir en la más extrema de las pobrezas sin agua, sin comida sin nada...Y aún seguimos permaneciendo impasibles, comiendo mientras miramos la televisión, siendo "buenos" porque en Navidad apadrinamos niños... Pero permaneciendo ajenos al dolor y a su sufrimiento.
¿Por qué no donó el importe metélico del premio?, ¿por qué no se lo dió a la niña, protagonista de la instantanea?... Y mientras lo que sigen mandando se gastan miles de millones en armas para "guerras justas", para conquistar planetas... ¿No sería mejor intentar arreglar este mundo en el que vivimos, esta tierra que heredamos y que cada segundo se muere un poco?¿No sería más "humano" ayudar a aquellos que como esta niña carecen de todo en vez de gastarse tanto dinero en armas y en destrucción?...Creo que el problema no está en la foto ni en su crudeza, pero la solución sí está en manos de algunos que sólo buscan una foto en la que salir, una instantánea en la que figurar.Saruca